lunes, 18 de julio de 2011

El argumento de la antipolítica

En las próximas elecciones internas abiertas y simultáneas de agosto se votará para presidente y autoridades provinciales. Las nacionales son obligatorias, las provinciales no, y las dos se realizan el mismo día en las mismas escuelas. La justicia dejó librado a la decisión de lo partidos si pegan las candidaturas provinciales con las nacionales, en una misma boleta. En torno a esta situación, algunos medios y dirigentes de la oposición acusan confusión, trampas y hasta fraude. No está demás tener en cuenta que son los mismos dirigentes que hasta el año pasado pedían la simultaneidad de las elecciones provinciales, esgrimiendo razones de operatividad. Y que el verdadero fraude lo realizó uno de los integrantes del peronismo autodenominado federal, que rankeaba como presidenciable, Mario Das Neves en Chubut.
Atacar el modo en cómo se realizan las próximas elecciones primarias de agosto, desnuda un posicionamiento desde la antipolítica, de otro modo no se vería ilícito que Urribarri esté en la misma lista que Cristina en elecciones internas del PJ, partido que ella representa en la Presidencia de la Nación. Esos mismos que cuestionan el modo reconocen en la acción su legalidad por lo cual la impugnación vendría a ser de carácter ético o moral. Habría algo inmoral en que un partido durante sus elecciones internas presente en una sola lista en el cuarto oscuro los candidatos con los que pretende competir en las generales o en el hecho que, teniendo en cuenta el elevado nivel de intención de voto de Cristina, Urribarri lleve agua para su molino pegando boleta… en una interna donde el Partido Justicialista tiene un solo candidato a presidente, ese mismo que encabeza el proyecto político con el que está comprometido el gobernador… Se estarían aprovechando del votante, dicen, induciéndolo a sufragar en una elección, por la provincial, en que no es obligatorio votar, aunque si es obligatorio igualmente, ir hasta la escuela, buscar la mesa, entrar al cuarto oscuro, emitir el voto. Debe ser una molestia terrible para usted meter en un sobre una boleta con candidatos nacionales y provinciales del partido que usted escoge para que compita en las elecciones generales, ello, sostienen, es un fraude, una estafa para el elector propiciada mediante una terrible confusión; en cambio aclararía más su agobiado balero y sería mucho más cómodo, tener que votar el mismo día, dos veces, en lugares diferentes.
Es un contrasentido en una sociedad y un proyecto que reclama mayor participación política hacer voluntaria y a la vez abierta una elección interna, un resabio legal del proyecto despolitizador de los 90 que se resuelve de echo en agosto. Más aún cuando en la génesis del voto, considerado un derecho conquistado por el pueblo, está la obligatoriedad atada a la universalidad. Algo que sin dudas dejará de ser discusión en consiguientes elecciones.
Es voluntario el voto durante la interna provincial. Es obligatorio concurrir a votar el 14 de agosto, por lo tanto será voluntad del elector introducir en el sobre una boleta completa, o sólo la que concierne al candidato presidencial. Sin embargo ello es visto como un fraude insoportable por los referentes del FEF que mediante una presentación judicial pretenden dar atrás con una acción netamente política. Es decir, judicializar la política, una práctica propia de la derecha de nuestro país, acostumbrada a contar con cierto favoritismo de ese poder del Estado. Promoviendo la no participación de los ciudadanos en las elecciones internas provinciales, a la que sólo están obligados a presentarse aquellos candidatos que tengan contrincantes.  
Desnuda el carácter ideológico de quienes buscan desalentar la participación del ciudadano a toda costa, debilitando así el ejercicio democrático.
Solo argumentando desde la antipolítica se puede sostener un ataque al modo en que se desarrollarán las próximas elecciones internas abiertas que dicho sea de paso revitalizan los partidos políticos, incentivando un práctica democratizadora. Todos los pasos seguidos para la organización de las internas abiertas y simultáneas no solo son legales sino también válidos políticamente. Del otro lado está el discurso de la antipolítica, que ve mal que gobiernos que están implicados en un mismo proyecto a cuya construcción vienen aportando pretendan su reelección de manera conjunta y que ese mismo proyecto sea el que triunfe hacia el interior de los partidos de que forman parte; que en vez de realizar una capacitación de la ciudadanía para que pueda ejercer conscientemente su elección fomenta la confusión y desalienta la participación, ilusionándose y promoviendo la impugnación del voto, al mejor estilo de los fines de los 90 y principios de 2000, cuando era otro ánimo el que cundía en la población; que promueve un modelo social donde a los gobernantes no los elige el pueblo sino las grandes corporaciones económicas y mediáticas. En fin, volver a aquellos tiempos en que la población descreía de los políticos y despotricaba en su contra, donde a su vez, la política estaba en manos de una élite alejada del pueblo y donde los jóvenes estábamos sumergidos en el consumismo, la apatía y el individualismo mientras de se rifaba nuestro futuro.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario