lunes, 22 de abril de 2013

Repudiamos a quienes al grito de vivan las instituciones atacan nuestra democracia




Los dichos de Lilita Carrió, además de ponernos al tanto nuevamente sobre su patente gorilismo, incitan a la violencia y convocan a atentar contra el funcionamiento de uno de los órganos principales de nuestra democracia, el Congreso. Paradójicamente, Carrió, los medios concentrados de comunicación que replican hasta el cansancio su nefasto mensaje, y los dirigentes que hoy se alinean detrás de de las marchas del odio, tratan de erigirse como salvadores de la República y defensores de las instituciones.

Por eso, como decía el compañero vicegobernador, José Cáceres, en una nota referida a los hechos de violencia orquestados por la derecha antichavista en Venezuela, “debemos tener cuidado de quienes diciendo defender la democracia y la república, apelan a los peores métodos para hacerse del poder y torcer el rumbo que han tomado nuestros pueblos”. El discurso de la libertad, la democracia y la defensa de las instituciones y la Constitución, ha sido, en nuestra historia, el argumento principal de las más crueles y entreguistas dictaduras. Previo al golpe de 1955, un mensaje similar se difundía en nuestro país, y pronto, quienes se hacían llamar los libertadores del pueblo, lo sometieron a la opresión y el fusilamiento, para imponer sus intereses y prohibirnos el ejercicio de la democracia.

Recordemos que Carrió, fue la que se autodenominó la estrella número 51 de la bandera de Estados Unidos, la misma que remitió cartas a las embajadas de Estados Unidos y países de Europa, advirtiendo la difícil situación que se estaba viviendo en nuestro país. Por eso le exigimos respeto por la voluntad popular y acusamos a la Diputada, y demás dirigentes que por acción u omisión avalan y fomentan la violencia de grupos opositores al gobierno, poniendo en riesgo el libre ejercicio de nuestros derechos, de cualquier atentado que puedan sufrir nuestra democracia y sus instituciones.

El caso de la Diputada Carrió, no es único y particular. Recordemos que en Entre Ríos, la Diputada de la UCR, Felicitas Rodríguez, justificó la deplorable actitud del productor agropecuario Fagúndez, acusado de atentar contra la vida de cuatro trabajadores de la AFIP, dándole 23 balazos a la camioneta en que se trasladaban; además, sumemos las declaraciones vertidas en la ultima reunión de la Mesa de Enlace de los patrones del campo, donde incluso se insinuó un golpe de Estado, que contó con el mudo asentimiento de los principales dirigentes de ese sector, sumado el del entrerriano Luis Etchevehere, presidente de la Sociedad Rural. Los entrerrianos, a partir del ultimo gobierno radical, sabemos lo que significa cerrar la legislatura.

A pesar de lo bizarro que puede resultar la ensalada opositora, de las contradicciones de Lanata, vemos como un escenario de desestabilización se está pergeñando en nuestro país, y cómo, el ejercicio democrático comienza a ser una traba para la imposición de los intereses de los sectores privilegiados de siempre que, a partir de la llegada de Néstor Kirchner a la presidencia de la nación, perdieron su trato preferencial.

Sin alarmarnos, pero con seriedad, compromiso, militancia y solidaridad, debemos construir el escudo que proteja este proyecto nacional, popular y democrático.